jueves, 18 de agosto de 2016

1956: DESAPARECE EL ATLÉTICO TETUÁN

1956  fue  para  todos  los  españoles  que  vivimos  en  Marruecos  un  año  decisivo  en  nuestras  vidas,  ya  que  a  partir  de  abril  España  y  Francia  concedieron  la  Independencia  a  Marruecos. Tanto  nuestros  padres,  como  nuestros  abuelos, y  los  mayores  que  gustaban  de ver  el  buen  fútbol  tuvieron  que  sufrir  la  desaparición  del  equipo  de  fútbol  de Tetuán  que  había  llegado a  estar en primera  división  en  la  temporada  1949-1950.  Y  aunque  nos  siguieron  llevando  al  estadio Varela  o  al Sania  Ramel   para  seguir  viendo  jugar  al  fútbol,  a  nuestros  colores,  los  más  pequeños  pronto  sufrimos  las  decepciones  que  el desánimo  de  dejar  de  competir  en  aquella  fantástica  liga  trajo  a  todo  buen  aficionado. El  Magreb  club  de  fútbol  de Tetuán  enrolado  en  la  primera  división del  fútbol  de  Marruecos  ya  no  era  lo  mismo.

Estos  avatares  y  otros  los  describe  Alfredo Relaño  en  el Diario  As  del  10  de  julio  de  2016.  Es  decir  la  friolera  de  60  años  después:

El Atlético Tetuán fue el gran club español del norte de África, el único que alcanzó la categoría de Primera División. Fue creación casi personal de Fuertes de Villavicencio, militar de carrera, que había sido jugador del Atlético de Madrid y que más adelante llegaría a ser intendente general de la Casa Civil de su Excelencia, el generalísimo Franco. Fuertes de Villavicencio encontró que el servicio militar llevaba a la plaza norteafricana a algunos jugadores de mérito y se le ocurrió crear un equipo “en serio”, con esos futbolistas y con cuantos soldados hábiles para ese deporte pudiera enrolar.

En recuerdo de sus raíces personales le llamó Atlético y lo vistió de camiseta a rayas rojas y blancas y pantalón azul. En el escudo, no obstante, se veían influencias de José Bacigalupe, uno de sus colaboradores, hincha del Athletic de Bilbao. El 12 de marzo de 1933 fue legalizado el Athletic Club de Tetuán y afiliado a la Federación Hispanomarroquí de Fútbol. El equipo empezó en Segunda Regional su largo peregrinar hacia la cumbre. En la temporada 1948-1949 conseguía el ascenso a Segunda División, al quedar campeón de un grupo en el que tras él se clasificaron: Córdoba, Balompédica Linense, Recreativo, Cádiz, Ceuta, Algeciras, Betis, España de Tánger, Jaén, Iliturgi, Melilla y Larache. Como se puede ver, en ese grupo había, además del Atlético Tetuán, otros tres clubes norteafricanos del Marruecos español como él: Ceuta, España de Tánger y Larache. Tras un año para tomarle el pulso a la categoría, alcanzaba el ascenso a la Primera División, de nuevo como líder de un grupo en el que ahora le seguían Salamanca, Las Palmas, Hércules, Córdoba, Granada, Plus Ultra, Mestalla, Balompédica Linense, Melilla, Cartagena, Mallorca, Levante, Ceuta y Albacete. De nuevo dos norteafricanos en la relación, además del Atlético Tetuán: Melilla y Ceuta. Este segundo ascenso vino acompañado del derecho a entrar en los cuartos de final de la Copa, en los que quedó emparejado nada menos que con el Barça, en el que aparecía entonces un fenómeno llamado Kubala. El partido de ida fue en Tetuán y supuso la mayor fiesta en la historia del club. Marcó primero Kubala pero pronto igualó Chicha, un delantero diminuto (cincuenta kilos) pero de exquisita clase. Luego, Kubala otra vez y César elevarían el marcador a 1-3. A la vuelta, 4-1, con nuevo gol de Chicha, de penalti, para salvar la honrilla. Chicha tiraba los penaltis muy suaves, colocados. Ramallets, portero del Barça, le quiso felicitar, pero él en principio salió huyendo porque creyó que le quería pegar. Chicha gustó tanto que el Barça hizo una oferta por él, pero a él le horrorizaba salir de su tierra y ni quiso oír hablar de ello.

La aventura en Primera duró solo un año, en el que el Atlético Tetuán ganó siete partidos y empató cinco. No mucho más tarde, el proceso de descolonización acabaría con su existencia. El 13 de enero de 1956 el Consejo de Ministros de España acordó la negociación con Marruecos, que se culminó en abril de ese año. El Marruecos español dejó de ser tal, lo mismo que el Marruecos francés. Y el 10 de julio de ese mismo año la directiva del Atlético Tetuán firmaba su disolución, fusionándose con el Ceuta, que pasó a llamarse Atlético Ceuta. Atrás quedaban veintitrés años felices en los que en el equipo llegaron a militar jugadores tan destacados luego en el fútbol nacional como los hermanos Lesmes y Matito, y un ascenso glorioso a Primera División, que dio lugar a que los mejores jugadores del país, los Kubala, César, Molowny, Zarra, Ben Barek, Arza, Puchades, Gaínza y demás, pasaran por el Sania Ramel, el campo de fútbol de los tetuanís.

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