Dos mujeres: cuidadoras a pie de cama
Con apenas 14 vi jugar
en el estadio de Sania Ramel de Tetuán
(sería posiblemente en
marzo de 1964) un
bonito partido entre
el Betis y el Rajah
de Casablanca. Si
no recuerdo mal,
ganó aquel buen Betis
de Balaña por
tres a cero
e impresionó a
la afición tetuaní
aquel buen fútbol
que practicaba el
equipo sevillano. El Betis tenía
muy buenos jugadores. Tres de
ellos destacaban extraordinariamente:
Luis
Aragonés, el jugador
canario Colo, y José
Miguel Martínez Ferrer
centrocampista. Al mes siguiente
este trío de
excelentes jugadores los
adquirió el Atlético de
Madrid; dejaron Heliópolis y el
Atlético los fichó en abril del 64. La Liga la acabaron con el Betis esa
campaña 63-64. Aquel verano el Atlético de
Madrid emprendió una
gira por Sudamérica. José Miguel
Martínez que tenía
un enorme miedo
a volar en
avión superó los
primeros viajes, pero al regresar
se sintió indispuesto. En Montevideo comenzó
a encontrarse mal
hasta caer en un
coma profundo. Fue trasladado
a España y
permaneció en ese
estado sumido durante
ocho años angustiosos
para la familia. Falleció en 1972
sin haber despertado. Me impresionó
mucho aquel caso de José Miguel
Martínez Ferrer jugador de
gran tenacidad y
nobleza.
El pasado
jueves, l7 de marzo el
jugador francés Jean
Pierre Adams, una gloria
del fútbol cumplió
34 años en
estado vegetativo. Jean
Pierre Adams jugador
de la selección
francesa de fútbol nació en
Dakar, Senegal en 1948. Emigró
a Francia con
su abuela. A los
ocho años, la anciana entrego a
Jean Pierre a un orfanato, en
Montargis en el centro del país.
Encontró a una familia de adopción. Con
un físico descomunal y
portentoso fue fichado por
el Nimes Club
de Fútbol. Con 1´80 de
estatura, luego pasó al
Niza. Indiscutible defensa en
la selección francesa
de finales de los años
70 junto a junto
a Tresor. Aquel día
nefasto del 17
de marzo de
1982, Adams pasó por el
quirófano. No era
casi nada, se
trataba tan solo de
restañar un ligamento
en la rodilla. Se
dejó hacer por
un anestesista en prácticas que
abrumado por la
huelga y la
falta de personal de aquel día lo
entubó mal y
le privó de oxígeno
a su cerebro. Años después, cuando el caso
fue juzgado, el propio
anestesista reconoció sus
limitaciones : “ No estaba capacitado
para la tarea
que me asignaron” dijo ante
un tribunal. El resto
pertenece a la
dura peripecia vital de Bernardette, la
esposa de Adams. Lo
cuida, lo mima y
lo mantiene vivo en casa
con mayor esmero
que en una unidad de
cuidados paliativos. Cada día, Bernardette ayuda
al fisio a mover
a Jean Pierre, lo
baña, lo afeita,
le licua la comida
para que pueda
tragarla, le habla, le
acerca a sus nietos…Lleva
así 34 años,
media vida. La
misma que ese
corpachón lleva postrado
en una cama: “No
sé si me
escucha. Sé que no
entiende mis palabras, pero podría
haber momentos en los
que tiene un destello. Quizá por
un instante, solo un
instante, entiende algo”. El
jueves 10 de
marzo cumplió 68 años.
Dos mujeres,
Bernardette (la esposa de
Adams) y Josefa
Márquez (esposa del jugador
bético-colchonero) son dos
ejemplos de constancia
y amor que a
pesar de lo duro
de sus respectivas
situaciones supieron no
desfallecer.
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