Emisora para todos
Para todos los
que residíamos en
Marruecos, y vimos la
infancia, adolescencia y principios
de nuestra juventud
en los finales de
la década de
los 50 y
los 60 en
el Norte de África, la
radio, cuando todavía
no estaba desarrollada la televisión, fue un instrumento
de entretenimiento y
contacto con la cultura
de nuestro tiempo. Aquella radio
que tenía la
virtud de reunir
a toda la
familia tras la
cena y que
no impedía en
su escucha entablar
conversaciones de veladas inolvidables.
La radio que
no ponía limites
a nuestra imaginación. Soñábamos lo
que nos describían
aquellos locutores y
yo creo que
lo imaginado y
soñado superaba la
realidad. Recuerdo casi acostarme
con un primitivo
transistor “Sharp” japonés,
que mi
padre me había
comprado en la
tienda de Siboni,
un gran amigo
hebreo de mi
padre, que tenía
su comercio en
aquellos años en la acera
de la marina de
Ceuta, junto al
mismísimo Café Vicentino,
donde tantas veces
desayunábamos con él y
sus hijos. Y recuerdo
por supuesto las
“pequeñas (o grandes) broncas”
de mi
padre, por esa “afección desordenada”
de quedarme dormido
con el transistor
abrazado oyendo programas a
deshoras deportivos o
musicales. La radio ocupaba
un lugar preferente
en nuestra mesa
de estudio, hasta haciendo
los deberes. Y Radio
Dersa Tetuán, Radio Tánger
o Radio Ceuta se
nos metían continuamente
en nuestros trabajos
cotidianos e incluso cuando
íbamos a la
playa, donde repetíamos hasta
la saciedad tarareando
las melodías pegadizas
de aquella época
del rock o
el Twist…Por ello
me gustaría hoy
traer un artículo
publicado por nuestro
paisano S. Fernández Julbez, en
ABC de Sevilla
a finales de
los años 80:
“Cuando yo vivía
en Tetuán teníamos, y
he escrito “teníamos” porque la
sentíamos como algo nuestra, una
emisora de Radio que nos
acompañaba desde las
10 de la
mañana hasta medianoche,
hora en que despedía la
emisión.
Radio Dersa Tetuán, cuyo
slogan era “la emisora
para todos” , era la
que se encargaba
de llevar a
todos los tetuaníes
y también a muchos
oyentes que tenía
en localidades como Xauen , Alcázar Seguer,
Larache, Rincón del Medik , Río
Martín, Arcila, etc., a través
de la magia
de las ondas,
una serie de programas amenos e
instructivos que hacía
que fuera una
de las emisoras
más oídas por
aquellos rincones del entonces
Protectorado de España en Marruecos.
Tuvo Radio Dersa (perteneciente a la
empresa Torres Quevedo que
aglutinaba todas las
comunicaciones del llamado
marruecos español) varios
y buenos directores, entre
los que recuerdo a
José Arbide, que
posteriormente fuera jefe
de Telégrafos de Sevilla
y presidente de la sociedad
hispalense Dante Alighieri, y al
polifacético Tato Cuming,
que aparte de
dirigir, realizaba un
interesante programa-concurso que tenía una
gran aceptación, denominado “Divertimento matemático”. Pero si
de aceptaciones se
trata, los que
se llevaban la palma
, aparte de los
seriales radiofónicos, entre
los que destacó “Amor
en tinieblas”, eran el
espacio infantil “Radio chupete”
y el deportivo “Meta”. El primero de
ellos lo asumía ¡y
de qué forma!
Gonzalo Fausto, que hacía de
Mago Kakumen; había un
hada buena que
interpretaba una chiquilla
de cuatro añitos,
que luego al
correr de los
años haría coas
en cine y en
TV, llamada Marta
Baizan, y un
personajillo que respondía
al nombre del
enanito Pipiolo. El programa
en cuestión se emitía los
jueves por la
tarde coincidiendo en
que era la que teníamos
libre los que por
aquellos tiempos estábamos
en edad escolar.
El segundo tenía
como protagonista principal a Rogelio Diez Alonso, ya
fallecido, que fuese años más
tarde director del desaparecido No-Do, y
llevaba a los aficionados toda
la información deportiva dominguera,
poniendo especial énfasis en los
partidos que disputaba
el Atlético de Tetuán, con una emoción
tal que parecía que
revivíamos los momentos
pasados, de alegría o desilusión,
horas antes en el
estadio de Sania
Ramel.
Para concluir, el
humor y la
simpatía de los
Sketchs humorísticos y
los programas cara
al público que realizaba
Serafín García Vázquez,
hombre de un ingenio y
capacidad de trabajo como
pocos he reconocido. De los
últimos, recuerdo con gran cariño
el que se titulaba “Ruede la
bola”, porque en
él un sábado por la
noche llegue a ganar 50
pesetas de los
años 50.
Tetuán con Radio Dersa, “la emisora
para todos” tenía
una antena de
amistad y simpatía.”
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